Azul teñido de historia











Recorrer Túnez es sumergirse en el azul del tiempo, abrir la mirada a un pasado poblado de historia y de historias, de realidades, mitos y ficciones.

Desde la capital, Túnez (en español con la misma grafía que el nombre de la nación), parten la mayoría de las excursiones. La ciudad ofrece al visitante un hermoso paseo central, la avenida Habib Bourguiba, flanqueado por cafetines en los que todavía la presencia femenina es minoritaria a pesar de ser uno de los países islámicos más progresistas.

A un extremo de la avenida la puerta de Francia que da acceso a la medina, al otro una entrada más etérea para los que vienen del mar directamente hasta la plaza 7 de noviembre.

Entre calles, un “metro” que en realidad es un tranvía, recorre la ciudad pasando ante las cabinas de Taxi Fone desde las que se puede llamar a España por 1 dinar (0,77 céntimos de euro) el minuto.

La ciudad despierta en la noche porque en la división del mundo en búhos y alondras a los países mediterráneos les tocó búhos, pero el viajero sabe que le espera una larga y hermosa jornada que abre boca con las luces y sombras de los primeros pespuntes del día en la mezquita Zitouna (de los olivos), del siglo VIII, la más antigua de la época algábida y en un tiempo sede de la Universidad, sita en el suntuoso barrio del Bardo en la Kasbah, próxima a varios de los edificios principales del gobierno. El barrio conoció su mayor esplendor en época turca, s. XVII-XIX, cuando reinaban los bey. Entonces se construyeron palacios como el que da cobijo al museo.

Ya en el museo del Bardo los ojos reniegan del sueño ante la mejor colección de mosaicos del mundo y piezas señeras de las etapas históricas del país. Se trata del museo arqueológico más importante del Magreb después de El Cairo. En el conviven la prehistoria, el arte púnico, romano, cristiano, arabo-musulmán y los restos submarinos de Mahdía.

En él descubrimos las dos formas de escritura utilizada por los tunecinos, la cúfica (cufa-Irak) y la cursiva. Ornamentado a base de figuras geométricas, ya que la religión del Islam prohíbe las representaciones animales, pasaron más de 20 años antes de completar los decorados y estucos a base de yeso y mármol.

El granero de Roma
Así denominaban a Túnez, tal era su riqueza en tiempos romanos y así lo atestiguan las representaciones de los mosaicos cuyo apogeo alcanza la etapa bizantina completando, del siglo I al VII, seis siglos de esplendor.

La joya del museo, el mosaico de Virgilio, da fe de la fundación de Cartago. A base de colores naturales procedentes de las canteras del entorno, fue hallado en Susa o Sousse y está fechado en el siglo III d.C. El detalle con que se ha conseguido la obra le aproxima más a una pintura que a un mosaico.

Cartago la deseada
Construida por los fenicios en el 814 a.C., se encuentra a poca distancia de la capital y junto con Sidi Bou Said se visita en el mismo día.

Su hermosura y esplendor en épocas cartaginesa y romana, debieron ser únicos pues aún se aprecian hoy las distintas etapas de la historia, la bereber, la cartaginesa, la romana y por último la turca (tras la destrucción por los vándalos (siglo I dC), que solo estuvieron un siglo en Túnez pero no dejaron construcciones tras de sí, y de las sucesivas explotaciones por los turcos que la usaron como cantera, los ingleses que la expoliaron y los franceses que la siguieron usando durante su colonización (1882-1956)).

Entre sus dispersos vestigios ha quedado engarzada la magia de la princesa Dido y la historia de la piel de toro con la que, según la mitología, fue fundada Qart Hadast (la capital nueva en fenicio).

Pero lo cierto es que era un enclave perfecto para el comercio, base de vida de los fenicios. El puerto se amplió tras la ocupación y pronto Cartago se convirtió en la estrella del Mediterráneo occidental hasta que la envidia de Roma puso fin a su esplendor tras tres largas y destructivas guerras. Cartago fue vencida y arrasada hasta los cimientos.

Al Tofet
Todas las culturas tienen algo de qué avergonzarse
Dentro del conjunto de ruinas de Cartago se pueden visitar las del santuario púnico Al Tofet.

Posiblemente su nombre proceda del toph hebreo (“tambor” o bien “quemar”) pues la tradición de sacrificar niños venía de Israel y uno de los elementos del ritual era el uso del tambor para amortiguar el llanto de los que iban a ser sacrificados.

En Al Tofet los cartagineses hacían sacrificios de niños varones primogénitos de familias nobles, al dios Bal Amón (representado por la media luna) y Tanit (la diosa de la fertilidad y de la luna).

Aún se distingue la fosa a la que los niños eran arrojados a las brasas tras su degollamiento y las urnas donde se depositaban las cenizas. Afortunadamente los romanos decidieron sustituir en el ritual el sacrificio humano por el animal.

Los puertos púnicos y las termas de Antonino Pio
Construidos por los fenicios en el siglo VII a.C. debido al éxito de su comercio, apenas quedan hoy más que las dos lagunas que los albergaron, de camino a las grandiosas termas (siglo II dC) cuyos restos observan el Mediterráneo con la nostalgia de su brillante pasado, al pie del actual Palacio Presidencial.

De las dos plantas de que constaban las termas quedan los cimientos de los baños. Tenían una altura de 36 metros, lo que se puede apreciar por la columna que queda en pie cuyo capitel corintio, de unos 4000k, era parte del soporte de la cubierta.

El benigno clima tunecino permite pasear y recrear con la mente ayudada por los planos, estratégicamente situados, lo que un día fuera un palacio romano.

Sidi Bou Said
Llamada ciudad azul, o de los artistas, en realidad significa “santo padre alegre” y debe su nombre actual al religioso musulmán Abou Said ibn Khalef.

Encaramada sobre una loma tan solo 20 kilómetros al norte de la capital, desde su parte más elevada se divisa el mar entre callejones blancos goteados de buganvillas y entreverados de puertas y ventanas azul turquesa que han dado sobrenombre a este rincón donde confluyen las diferentes artesanías tunecinas.

Cuna de Claudia Cardinale, sus fans pueden soñar con ella mientras degustan un sabroso té moro con piñones y contemplan desde las mesas de los cafés el bullicio de los comerciantes regateando con los turistas ya aburridos del esfuerzo. Pero si alguien quiere comprar, este es el lugar.


Camino de Kairouan pasando por Bulla Regia y Dougga
El recorrido comienza muy de mañana y aprendemos a reconocer en cada pueblo la figura del ratón ecológico, que en realidad es el zorro del desierto, símbolo de la preocupación de esta nación por el medioambiente igual que los excursionistas vamos aprendiendo a reconocernos y a compartir experiencias, tiempos, comidas… y a respetarnos los unos a los otros.

Nuestro guía Mohamed nos instruye en su español impecable, incluidos giros y el argot de la calle más reciente: Túnez es el país más joven del Magreb. Su primera fuente de ingresos es la agricultura y las segunda la minería sobre todo los fosfatos El país cuenta con más de 90 millones de olivos cuya aceituna se recoge con unos cuernos de carnero o con una especie de peine.

Para los musulmanes hay dos árboles sagrados que se mencionan en el Corán: el olivo y la higuera.

Bulla Regia, 170 kilómetros al suroeste de la capital, está emplazada en una zona rodeada de montañas y se aludía a ella como el granero de Roma. Desde el siglo II a.C., en que fuera capital de uno de los reinos númidas, hasta el 670 d.C., ya en época bizantina y por razones climáticas, se construyeron casas bajo tierra (5 metros) al estilo troglodita y con un ingenioso sistema de aislamiento en los techos a base de tubos de arcilla. En el verano las temperaturas pueden alcanzar los 50º. Las construcciones, en dos plantas, tenían una a nivel de calle y la otra enterrada y las habitaciones dispuestas en torno a un patio central, lo que las hace casi únicas entre el tipo de construcciones romanas.

La mayoría de los edificios públicos de esta ciudad son del siglo III d.C. cuando la aristocracia florecía gracias al cultivo de olivos y a la explotación de sus frutos y ya desde el siglo II eran ciudadanos romanos de pleno derecho.

El siguiente momento de esplendor tiene lugar en época bizantina y a ese periodo corresponden los bellos mosaicos hallados entre los que destaca el Triunfo de Venus en la Casa de Anfitrite. La imagen de la reina del mar no es sino la continuación de la imagen de la diosa Astarté que protegía a los comerciantes fenicios y púnicos.

Los árabes emplearon piedras de este conjunto para la construcción de la mezquita de Kairouan cuyo hammam es copia de las termas romanas.

A la salida del recinto, del que aún queda más de un 60% por excavar por falta de fondos, nos espera un delicioso zumo de naranja recién exprimido.

Entramos en una zona de montañas alfombradas de verde alfalfa, cebada y trigo, habas y patatas y, de repente, unos campos moteados de amarillo nos invitan a evocar los girasoles de Van Gogh.

Más adelante el tamarit cubierto de flores amarillas y las amapolas, nos acompañan a la entrada de Dougga.

Abonamos, como ya es sabido y ritual, el consabido euro para obtener el billete que nos permite hacer fotos y nos adentramos en la espectacular colina desde la que se domina el valle a unos 100 kilómetros de la capital.

Incluida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, la ciudad ha quedado atrapada en el tiempo, lejos de la civilización. Conserva en sus 70 hectáreas numerosos edificios de las diferentes culturas que lo poblaron, púnicos, númidas, romanos y bizantinos. Sus restos arqueológicos se consideran los más importantes del mundo. Los más destacados son el arco de Diocleciano, el Templo de Mercurio, la Plaza de la rosa de los vientos que marcaba de dónde procedían los mismos con un enorme compás esculpido en el suelo, el Mausoleo líbico-púnico que existía desde el sigo II a.C., antes de que la ciudad fuera construida, con 21 metros de altura, el Capitolio, el foro, las habitaciones y la plaza de las tiendas o del mercado con la zona en que se llevaba a cabo el mercado de esclavos, perfectamente reconocible al igual que el prostíbulo, señalizado por un relieve con los atributos genitales del varón y dos pechos de mujer y los retretes colectivos, todo un monumento a la cultura, ya tan desarrollada y refinada en ese tiempo.

Es fácil recrear en la mente lo que debió de ser aquella ciudad simplemente paseando por sus calles o imaginando el teatro que daba cabida a 3.500 personas, pero no es tan fácil asumir tan alto grado de sofisticación en una cultura tan antigua.

Con esta imagen fastuosa del regalo que la historia nos ha legado salimos en dirección a nuestro destino de hoy.

Kairouan
Cuarta ciudad santa para los musulmanes tras la Meca, Medina y Jerusalén, porque en ella hay más de 150 lugares de culto morabito que se distinguen por sus cúpulas redondas, señal de que allí hay algún Sidi (santo) enterrado, y declarada Patrimonio de la Humanidad en 1988 por la UNESCO. En el 2009 será la capital cultural del Islam.

Kairouan es la primera ciudad fundada por los árabes en el Norte de África, en el año 670, y su esplendor entre los siglos IX y XIII la hicieron merecedora del título de centro espiritual de los musulmanes. A tan solo 160 km al sur de la capital ha sido inmortalizada por los pinceles del suizo Paul Klee y de otros grandes maestros.

Para quien desee sentirse arropado por la antigüedad el hotel la Kasbah se encuentra en la mismísima muralla de la ciudad y cuenta con una hermosa tetería donde disfrutar además de la shisha o chicha, la pipa árabe.

La visita de Kairouan no está completa sin asomarse a los aljibes construidos un día para dar agua a la ciudad, visitar la Gran Mezquita cuyos cimientos se colocaron en el siglo VII y una de las pocas a las que pueden acceder los no musulmanes, con 200 columnas romano-bizantinas, de mármol, procedentes de Dougga y el minarete más antiguo del mundo aún en pié, o deambular por la mezquita del Barbero con el mausoleo de Abi Zamaa, compañero del profeta Mohamed, y terminar perdidos entre los 40.000 nudos por metro cuadrado de una alfombra de lana o los 500.000 de una de seda, en alguno de los talleres que las producen en esta mágica ciudad.


Vale la pena visitar también la mezquita de las tres puertas con inscripciones cúficas del siglo IX y con puertas de acceso separadas para niños, mujeres y hombres.

Junto a la Gran Mezquita hay un cementerio del XVII ya abandonado y nuestro guía nos explica cómo es el ritual. Se lava al fallecido/a con agua de azahar y se obturan todos los orificios del cuerpo con algodón incluidos los genitales femeninos. El cuerpo es envuelto en un lienzo blanco y llevado ante el imán. De ahí al cementerio donde es enterrado sin ataúd y con la cara mirando en dirección a la Meca. Todo se hace de forma sencilla y sin flores, entre hombres, aunque la fallecida sea mujer, pues las consideran ruidosas en demasía.


Sbeitla
Camino del sur cada vez más árido, otros ciento y pico kilómetros y encontramos las ruinas de Sbeitla o Sufetula, fundada seguramente en torno al siglo I dC en tiempo de los Flavios y próspera gracias a la industria del aceite, de lo cual queda constancia en algunos de sus edificios. Fue capital bizantina y de esa época datan las casas fortificadas.

Su más emblemático monumento es el Capitolio con tres templos. Aún se identifica la piscina pública que estuvo cubierta por una bóveda y el baptisterio con suelo de mosaico en el que nadan los delfines.

Tozeur el reino de las palmeras
Tras la comida siempre en plan buffet pues no hay tiempo de más continuamos hacia nuestro destino de hoy, Tozeur, adonde llegaremos 2 horas y media más tarde para descansar en nuestro confortable y bello Sofitel. Hacemos una “escala técnica en Gaesa, capital de provincia y con universidad, antiguamente denominada Capsa, donde hay yacimientos de fosfato (las refinerías están en Gabes y en Sfax).

Aquí se encontraron los restos del primer antepasado de los tunecinos, es el hombre capsiano.

Tozeur, un oasis fundamental para las caravanas que atravesaban el Sahara, es el reino de los dátiles. Se dice que hay más de 120 variedades y que la más deliciosa y apreciada es la denominada deglet nur (dedo de luz).

Se preparan sin hueso y rellenos de mantequilla y almendra o nuez y se conservan en ánforas, de esta forma pueden durar hasta dos años.
Se toman en el desayuno.

Vemos múltiples parcelas de palmeras, por ello han de tener un juez del agua, que es quien determina el tipo de riego según el tamaño de la parcela. Auque en el subsuelo de esta zona hay mucho agua a profundidad, la proximidad del lago salado la altera.

Cena en el palmeral en una enorme jaima (tienda) con cabida para unas 800 personas. Hubo poca intimidad y autenticidad al haber tantos turistas pero no faltó la harira (sopa muy densa y alimenticia), el couscous y el típico brique tunecino, una de las especialidades más exquisitas, una especie de enorme empanadilla con una masa muy fina y crujiente frita, rellena de atún y huevo.

Chebika una localización para El paciente inglés


Tozeur es una ciudad de parada obligada para acercarse al llamado desierto de sal, Chott el Djerid, 25 metros por encima del nivel del mar, donde es posible contemplar un espejismo, y para adentrarse en el oasis de Chebika (la antigua Ad Speculum romana, punto de vigilancia y defensa) pegado a la dorsal del Atlas con la ayuda de vehículos 4x4,

La agreste fuerza paisajística del oasis impactó en Anthony Minghela director de El paciente inglés que empleó una de sus cuevas para alojar a la maltrecha protagonista y servirle de última morada.

Antes de regresar a Tozeur hacemos una parada en la que llaman pomposamente la gran cascada. Por esta zona cruzan los burros hasta y desde Argelia con mercancía prohibida pero como les han enseñado el camino van solos y si les pillan no hay responsables. Por eso es frecuente ver helicópteros de control de la frontera.

En Tozeur las mujeres que se cubren con un velo negro con banda azul o blanca indicando si son casadas o solteras coexisten con las que se visten al estilo occidental y usan vaqueros reflejando, como en su arquitectura, el acompasamiento de antigüedad con modernidad.

La puerta del desierto

Douz, llamada puerta del desierto y el mayor palmeral, ofrece a los amantes de las lomas infinitas del Sahara la posibilidad de adentrarse en ellas en dromedario y que se sientan por un par de horas coo Lawrence de Arabia. Estos animales, fuente de vida junto con los palmerales de los habitantes del desierto, fueron traídos en el siglo II d.C. desde Egipto, Es la época en que toda la zona se va desertizando y sólo estos animales son capaces de sobrevivir con escasez de agua. De pestañas largos y orejas pequeñas para que la arena no penetre, pueden ingerir 100 litros de agua en 10 minutos y sobrevivir 15 días de sus reservas. Tienen la pezuña plana para no hundirse pese a sus 600 kilos lo que facilita su desplazamiento, función primordial en su vida junto con las tareas de labranza. Para la reproducción se pone a un solo macho con 100 hembras.

Un dromedario mehari, de carreras, cuesta unos 10.000 dinares. Si alguien desea presenciar un festival del desierto ha de venir a finales de diciembre.

Y camino de Gabes donde nos detenemos para visitar el mercado de especias, hay un par de paradas que acentúan el interés del impactante recorrido por el desierto, son la visita de las viviendas trogloditas que aún permanecen desde el tiempo bereber y la panorámica de Matmata donde se rodó la Guerra de las Galaxias pudiendo comprobar que la realidad siempre supera a la ficción.


Hay población negra que procede de los esclavos traídos de Sudán hasta que en el siglo XVIII se abole la esclavitud.

En Gabes hay cultivo de hena y de especias. Existen tres clases de hena: negra, roja y verde o natural.

El Jem
Es el tercer anfiteatro más importante del mundo, patrimonio de la humanidad, construido en el siglo III por Septimio Severo. Cuando uno se pasea por sus sótanos junto a las mazmorras en las que se guardaba a los animales y a las personas que iban a formar parte del espectáculo, uno siente un escalofrío teñido de rojo por todo el cuerpo.

La espina o fosa central en la arena, por donde salían los animales, está prácticamente intacta, seguramente eran ascendidos por medio de un ascensor.

La construcción contaba con tres plantas, se adornaba con columnas de mármol y mosaicos de los que quedan buenas muestras a pesar de que este capitolio fue varias veces expoliado.

Fue refugio de la princesa bereber Kahina India y se considera el emblema de Túnez.

Abandonamos el interior del país y volvemos a la costa mediterránea de la que partimos ahora hace tan sólo seis días pero han sido tan intensos que parece que hubieran sido el doble. Hoy dormiremos en Port El Kantaoui uno de los enclaves más desarrollados para el turismo justo al norte de Sousse y próximo a Hammamet, nuestro último destino. Instalaciones como las que podemos encontrar en el sur de España, pequeños restaurantes, tiendas variadas y hoteles y apartamentos modernos con el sabor de lo árabe, rodean a este puerto deportivo que recuerda al Banús de los primeros tiempos en la costa marbellí.

Sousse
Como la llamaron los franceses adaptando el nombre árabe Susa, con sus 300.000 habitantes, es también denominada la puerta del saael (de la costa). Su medina es Patrimonio de la Humanidad declarada por la UNESCO y ha visto pasar por sus calles toda la historia de la que es hoy exponente el país tunecino.

Conserva una bella kasbah, y el Ribat, fortaleza del siglo VIII con murallas desde cuya atalaya hay una hermosa vista del puerto y de la medina así como del patio de la Gran Mezquita a la que no nos está permitido acceder.

Lugar de descanso para más 1.200.000 turistas al año a los que esperan sus rubias playas con más de 20km de longitud.

Pero hoy es viernes y no nos queremos perder el mercado artesanal de la ciudad ceramista de Nabeul un poco al interior donde hacemos nuestras últimas compras antes de recalar en la última ciudad de este recorrido pero no por última menos atractiva.

Hammamet
Significa en árabe, los baños, y posee una encantadora medina y kasbah tal vez más cuidada que la mayoría por ser uno de los primeros destinos turísticos del país y por la proximidad a la capital (60km). Sus callejuelas sorprenden a cada paso por sus artísticas puertas y ventanas, y sus murallas y fortaleza (siglo XIII) ofrecen, en los cafetines y restaurantes que las ribetean, un descanso para el cuerpo y otro, en el inmenso azul mediterráneo, para la vista.

La ciudad está claramente volcada al turismo con magníficos hoteles y apartamentos a lo largo y ancho de sus cuidadas playas, así que el adiós llega dulcemente entre la sal de nuestro común mar y las arenas en las que podemos rememorar las recién visitadas en el desierto con tan solo entornar un poco los ojos.

Y no puedo concluir el relato de este viaje sin incluir el hermoso poema que nos dedicó nuestro acompañante de viajes Halcón Juan Luis Herrera.



AMIGOS DEL MUSEO
Para esa parte de Túnez , que yo viví, y que fuisteis vosotros.

Fuisteis parte de las dunas del desierto,
esa parte que latía en cada ruina.
Fuisteis cómplices del sol y de los puertos,
del mudo vaivén del velo en la Medina.

Fuisteis parte de esta infancia con mirada,
palmeral de sus ojos y silencios.
Fuisteis tiempo, largo mapa y madrugada,
esa parte verde olivo de los sueños.

Os paseó la vida en dromedario,
fotos vivas, entre siglos y quebrantos.
Sois la hoja más azul de mi diario,
con sus bordes, rigurosamente blancos.

Un abrazo, amigos,

Juan Luis Herrera.
Hammamet, 26-04-08


Algunos apuntes sobre cultura y civilización
La sopa de cereales: chorba
Dromedario - Sahina a to Sahara (barco sobre el desierto)
En Túnez está prohibida la poligamia desde 1974 y también la mutilación genital femenina. En el 2008 hay cinco mujeres ministras.

Moro- según algunas fuentes el significado de moro vine de los visigodos que llamaban morenos a los invasores de África.

De dónde viene la palabra ISLAM- A salam alei cum – que haya paz - Salam= paz

Bereber seguramente procede de la palabra bárbaro usada por los romanos.

Calendario
Cuentan desde el 570 año de nacimiento del profeta Mohamed en la Meca por lo que ahora están en el 1428.

El rito de la circuncisión
Lo efectúa el barbero en una sala a la que accede el niño con su padre y dos amigos o familiares que serán quienes le sujeten. El barbero distraerá al niño mientras ejecuta su misión y luego entrega el prepucio seccionado a la abuela del niño que o bien se lo come crudo o lo entierra en el cementerio en un lugar solo conocido por ella. Actualmente el rito está más bien en manos de los médicos.

Las casas y los edificios públicos
Cuando una casa se termina de construir se hace una fiesta y se pinta de azul y blanco porque se supone que el azul ahuyenta los mosquitos.
Pero incluso antes de acabar la casa ya tienen su antena parabólica ( el 80% de la población tiene una). La más caras están en torno a los 300 dinares (uso 240 euros).

En todos los pueblos hay cinco edificaciones que están terminadas: la mezquita, correos, el ambulatorio, el ayuntamiento y a casa de cultura y la escuela.

Esperanza de vida
Es más alta en el sur, los hombres 75 y las mujeres 79.

Las bodas
Primero la novia invita a las amigas a la fiesta de la hena. Cuando un hijo no tiene padre es la madre la que le busca novia y si no encuentra una contrata los servicios de una celestina. También se puede ir al hammam (los baños) donde la madre del novio intentará encontrarle una buena chica. Si al hijo le interesa lo que la madre le cuenta de la chica le pide que obtenga más información. La madre entonces va un día a casa de la chica que vió ne el hammam y le da un pretexto a la madre: “ayer me han dicho en el mercado que no la han visto, que tal vez estaba enferma” y le dice que va a interesarse por ella. Si a la madre le interesa para alguna de sus hijas pide a gritos desde la puerta que prepare café, eso significa ponte guapa que vienen a verte y si no le interesa entonces dice que ya se encuentra bien. La visitante se interesará por el ajuar de la joven y éstos averiguarán más adelante si el chico tiene cómo ganarse la vida.
Más adelante los padres se encuentran un día y hablan de la agricultura, del tiempo… para conocerse y entonces se organiza la visita oficial y van unas 30 personas. Si los chicos se gustan se acuerda la dote que suele ser a base de joyas en oro. Antiguamente se hacía con camellos. Durante el noviazgo los jóvenes se van conociendo pero hasta que se firma el contrato de boda pueden romper.
La novia es preparada para el día de la hena. Primero va al hammam y luego se le quita todo el pelo del cuerpo y se la rocía con agua de azahar. Más tarde se le pintan pies y manos con la hena.
El segundo día se hace fiesta en casa del novio y las mujeres pueden ir salvo en el momento en que los hombres van al hammam. Ellos no se depilan. Luego festejan hasta la madrugada.
El día más importante es el tercero cuando el hombre va a recoger a la novia con una especie de caseta que se coloca sobre un dromedario, aunque ahora ya también se hace con coche. El novio ha de contratar a un notario y se casan en algún lugar, una casa por ejemplo, elegido al efecto pero no necesariamente en la mezquita. El notario les casa y luego les pregunta si quieren separación de bienes.
La primera noche suelen pasarla en casa del padre del novio y mientras van pitan para que todo el mundo se entere. Al llegar tienen preparada una habitación en la que está la mano de Fátima y cola de pez para ahuyen el mal de ojo.

El hombre sale de la habitación mientras la mujer se prepara. Lo invitados esperan con él fuera y esperarán hasta que vuelva a entrar y salir, esta v con “la prueba de sangre”, señal de la pureza de su esposa. Al día siguiente esa prueba será aireada por todo el mercado para que nadie hable nunca mal de su familia.

Naturalmente en las ciudades esta costumbre se ha abandonado.